‘Un intenso camino’

Club Diario de Ibiza 23 de Enero al 9 de Febrero de 2007

Ibiza, 2007

CULTURA: La obra de Carmen Belenguer llega al Club Diario

EN EL CLUB
La pintora-ibicenca y residente en Madrid Carmen Belenguer presenta en el Club Diario de Ibiza hoy a las 20 horas una restrospectiva de su obra pictórica, que empezó en la isla y que se ha ido madurando durante más de veinticinco años lejos de ella, a pesar de tener siempre presente en sus creaciones el mar, la luz y los paisajes insulares, que recorren y funcionan de telón de fondo de una obra que ha sido catalogada por la crítica de personal e instransferible.

LA TEXTURA DE LAS EMOCIONES
Albert Prats Costa / EIVISSA.
A pesar de ser EivIssa la tierra donde nació y el lugar donde empezó a pintar, Carmen Belenguer es, en cierto modo, una desconocida para el público de la isla. Su obra ha sido mucho más vista en Madrid, ciudad a la que se trasladó a vivir en 1978 y donde desde entonces ha expuesto con periodicidad sus cuadros, ganando diversos premios artísticos y recibiendo un trato bastante elogioso por parte de la crítica. En Eivissa, su primera exposición fue en 1987 y la segunda en 1997, ambas en la sala de Sa Nostra. Ahora, diez años después, presenta en el Club Diario de Ibiza una retrospectiva de su obra, que ha llamado ‘Un intenso camino (1980-2005)’, en la que hace un repaso de su producción artística y en la que pueden verse una muestra tanto de sus diferentes etapas como de las diversas técnicas que emplea, desde dibujos hechos a tinta china a grabados, óleos y un collage. Belenguer afirma que es a partir de 1980 cuando empieza a pintar de verdad. «Empecé a ir a clases de dibujo -explica-, luego pasé al Círculo de Bellas Artes de Madrid para aprender dibujo al natural y finalmente pasé a otra academia, donde una profesora me descubrió el mundo del abstracto y entendí este tipo de pintura, que en aquellos momentos detestaba». En aquel descubrimiento la pintura abstracta encontró el trampolín desde el que iniciar su verdadera relación con el arte: «Siempre había tenido claro que lo que yo llevo dentro lo tenía que sacar afuera y por eso el abstracto fue un hallazgo para mí. El abstracto es la manera que tengo para sacar y expresar emociones sin ningún tipo de condicionante. El abstracto es para mí la libertad total, el estilo que mejor me permite manifestarme y expresar todo lo que quiero».
Eivissa en el corazón
En la invitación a la exposición de hoy Belenguer afirma: «Mi pintura soy yo». Al ser inquirida al respecto, responde: «Sí, en efecto, a veces me gustaría ser más fría, pero no puedo evitar volcarme en cada cuadro, mi obra es algo así como una biografía emocional». Y como ella está siempre presente en sus cuadros, Eivissa siempre ha tenido un lugar en su obra. «Yo soy ibicenca -explica- y mi pintura es un nexo de unión entre mí y mi tierra. Vengo muy a menudo y muchas veces cuando llego a la isla se me saltan las lágrimas de emoción y de alegría. Estar en Eivissa para mí es tonificante, me da igual el tiempo que haga, frío o calor, lluvia o sol. Me gusta mirar el mar, con es Cap des Falcó y Formentera al fondo, o ver como cae el agua sobre el mar. Me gusta mucho Eivissa. Eivissa siempre ha estado en mi corazón».
Una pintora pasional

A lo largo de estos más de 25 años de trayectoria artística, Carmen Belenguer ha recibido diversas menciones por su pintura, entre las que cabe destacar la Mención de Honor del Colegio de Doctores y Licenciados en Bellas Artes y Profesores de Dibujo, que recibió en 1990. Por otro lado, algunos críticos como Laura Revuelta han destacado que «la pintura de Belenguer es pasional, una ventana abierta a los sentimientos, a las obsesiones; un muro de las lamentaciones personal e intransferible». Así, según Antonio Leyva: «Carmen Berenguer entiende la realidad como algo en constante transformación ajeno a la apariencia visual>. Una apariencia en la cual, en palabras de Juan Antonio Tinte: «Azules de calma, sienas de sosiego, colores y algún grafismo desperezando el silencio, se posan sobre las telas como nacidos sin luchar el terreno que ocupan». No se trata, no obstante, de un abstraccionismo sin identidad, limitado a una armonía de colores sino que, como apunta Javier Rubio, «Carmen Berenguer no inventa mundos, nos devuelve cuanto de verdad hay en el nuestro».