Galería Hoy y Mañana

EL PUNTO DE LAS ARTES 2001-2002

Amalia García Rubí

Altea, Alicante, 2001

Carmen Belenguer, diálogos y otras obras
Apenas ha transcurrido un año desde que Carmen Belenguer mostrara sus obras por última vez. Aquella individual celebrada en la Sala XIII de Torrelodones, fue el prolegómeno de una obra que la artista ha ido ampliando, revisando y actualizando a lo largo del 2001 hasta exprimir todos sus registros. Carmen Belenguer es una pintora abstracta, pero su abstracción tiene cierto arraigo en la realidad exterior. Una especie de apropiación íntima del paisaje, o mejor de los componentes esenciales del paisaje: atmósfera, línea de horizonte, luz… constatan ese eje de unión/distancia entre realidad natural y realidad abstracta defendida por Mondrian y sobre el cual Carmen Belenguer parece querer volver en sus reflexiones pictóricas. La síntesis de lo real convertido en línea y plano. Dos elementos fundamentales que son medios suficientes para decirlo todo. O lo que es lo mismo, optar por la representación de lo universal supeditando el detalle al conjunto, y desterrar toda particularidad individual, como también nos enseñó el pintor neoplasticista. Pero Belenguer no parece, hasta el momento, interesada en alcanzar la síntesis absoluta a la que arribó el artista y teórico holandés en sus composiciones reticulares, preservando en sus pinturas la lírica, el espíritu expresivo del yo interior. En estos diálogos con la materia, el gesto, la pincelada de ocres y naranjas surcan el espacio, velan, difuminan la luz de una naturaleza interiorizada, aproximándose más a la armonía oriental derivada de la contemplación-emoción que a la lógica intelectual y razonada de un proceso reductivo propio de la moderna tradición artística de occidente. Las obras de Carmen Belenguer hacen referencia a la sensación conmovedora que en ella produce la visión de los fenómenos naturales, pero también revela el empleo de éstos como vehículos de comunicación de sentimientos íntimos difícilmente traducibles por otra vía que no sea la puramente artística. Nacida en la isla de Ibiza en 1952, Carmen Belenguer comenzó a exponer a mediados de los ochenta en diversas salas de su ciudad natal, siendo seleccionada en varios certámenes de pintura. Pronto su obra viaja a la Península para mostrarse en diferentes salas de Madrid, y continuar participando en concursos de artes plásticas. A partir de la década de los noventa, sus óleos y grabados adquieren un peso importante en los circuitos pictóricos más avanzados