CRÍTICA DE ARTE Febrero 1994
AMELIA GARCÍA SAN JOSÉ
Madrid, 1994
Carmen Belenguer, nacida en Ibiza en 1952, realizó su primera exposición individual en su tierra natal, en 1987. De entonces a acá ha expuesto en numerosas ocasiones y también de modo individual a lo largo de estos años en Madrid, donde reside, habiendo obtenido muchos premios, así como la Mención de Honor de Pintura de los Colegios Oficiales de Doctores y Licenciados en Bellas Artes y Profesores de Dibujo, en 1990. Su pintura presenta una gran influencia de Zóbel, al que emula en su abstracción más pura, pero Carmen Belenguer la personaliza en un expresionismo abstracto meridional y como ella muy bien dice, ‘con el deseo de poder plasmar en un soporte material el color, la luz y el movimiento’, de la isla que la vio nacer y que ejerce sobre ella esa fuerza cromática que se ve en sus cuadros, a base de colores puros que irrumpen como estallidos de una fuerza interior que la sostiene y forma parte de sí misma, aunque viva alejada de Ibiza. Pero la artista vive y recrea su luz, su mar, incluso el contraste de su gente un poco hermética y a la vez abierta, que vive en armonía. Este contraste de lo cerrado y lo abierto lo sugiere Carmen Belenguer en esos toques cerrados y violentos de negros y rojos que se abren a la luminosidad más transparente de amarillos, pálidos ocres o los distintos azules del mar Mediterráneo. Trabaja sobre distintos soportes, como son el lino, que a veces deja descubierto como una nota cromática más, así como sobre cartón ondulado, donde la pintura deviene como la noche oscura de los anteriores, pues aquí sus tonalidades se oscurecen en el más puro lenguaje cromático de la tradicional pintura española, llena de sombras, llena de luces. Otro aspecto interesante de la obra de esta artista, es que con sus pinturas forma, bien dípticos, bien trípticos que, aunque cada cuadro y por separado admite la unicidad, parecen más idóneos el poderlos contemplar en su multiplicidad descrita, pues así la serie conformada adquiere mayor expresividad y fuerza que individualmente aislados. No ocurre lo mismo con las pinturas realizadas sobre el cartón ondulado, que por sí solos bastan. Sabe Carmen Belenguer sacar partido del soporte utilizado, pues le gusta experimentar sobre el lienzo, el cartón o la tabla, lo que le facilita unas formas distintas de pintar